[vc_row][vc_column width=»2/3″][vc_tweetmeme type=»horizontal»][vc_facebook type=»standard»][vc_column_text]«¡No quiero crecer jamás!».

Con esta frase tan exclamativa se anuncia Peter Pan cuando Wendy intenta convencerle de que se pierde mil cosas al no ser mayor.[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/3″][vc_single_image image=»2050″ img_link_target=»_self» img_size=»full»][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=»1/1″][vc_column_text]Y es que todos en algún instante de nuestras vidas, cuando pasamos aquella linea de niños a adultos parece que el tiempo se nos detiene y entonces somos realmente conscientes de que hemos dejado cosas atrás y no recordamos exactamente cuando fue.

Volviendo a la película de Peter Pan, recuerdo una conversación de la adaptación «Descubriendo Nunca Jamás» entre J.M. Barrie y la Sra. Dawson cuando él le relata el día que se hizo mayor.[/vc_column_text][vc_column_text]

Aquella vez fue la primera vez que mi madre me miró. Y entonces me hice adulto.

[/vc_column_text][vc_column_text]Como J.M. Barrie que adoptó su mundo infantil en el Pais de Nunca Jamás y su niño interior en Peter Pan, un escritor tendrá mayor miedo de perder aquellas infantilidades que le hacían creer que el azucar y lo troncos pequeños que dejaban caer las hadas al suelo de su jardin le harían una poción defensiva contra los Trolls.

[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=»1/1″][vc_text_separator title=»¿A que viene tanta nostalgia?» title_align=»separator_align_center»][vc_single_image image=»2049″ alignment=»center» img_link_target=»_self» img_size=»large»][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=»1/1″][vc_column_text]Muy simple.

Hoy he sentido una gran añoranza al ver en unos estantes de Papelería miles de colores que me recordaron a aquellos que yo usaba al ser niña. Pintura donde sumergía mis dedos y el olor a gomas blancas de borrar.

Era un mar de recuerdos, imaginándome hablar con aquellos que estaba dibujando al mas puro estilo de Beatrix Potter. Y lo eche de menos. Temí perder aquella niña que había en mi, la misma que creaba historias desde que tiene uso de razón.

Fue entonces cuando mi cabeza gritó: «¡No quiero crecer Jamás!».[/vc_column_text][vc_single_image image=»2051″ img_link_target=»_self» img_size=»full»][/vc_column][/vc_row]